Las
sorprendentes orquídeas usan a los insectos para tener sexo. En
algunos casos doblemente verdad como se verá más adelante. El sexo
de los vegetales con flores pasa por las flores. Les dan a los
insectos el néctar para que se alimenten y procuran que se lleven
puesto el polen en sus cuerpos para visitar a otra flor. Un trueque
alimento por transporte digamos.
Túneles para insectos
A
veces se aseguran más y hacen pasar a los insectos por estrechos
túneles que el insecto sortea trabajosamente y queda bien impregnado
de polen gracias a un pegamento. Así hasta caer en otro túnel igual
donde deja su polen para llevarse otro. Así como dicen que el hombre
es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra
eso es mentira el insecto pueden tropezar dos millones de veces con
la misma piedra y sigue. Chocando con el vidrio una y otra vez.
Otras
directamente les clavan los polinios en el cuerpo, como a un toro en
la plaza los banderilleros les ensartan las banderillas. Un sistema como de resortes salta y se clava en el
insecto.
Abejas falsas "volando" en formación
Otras
orquídeas semejan abejas en vuelo y son atacadas por las abejas
centris. Y luego de ese
frustrado ataque a animales ficticios se llevan su polen a otro
ataque, a otra flor.
Ophrys speculum avispas inflables
Incluso
las Ophrys speculum le ofrecen una avispa (o abeja) inflable a los
insectos machos. Tiene la forma y el olor a la hembra y tratan de
montarla. El objetivo siempre es que lleven en su cuerpo el polen a
otra flor, a otro fracaso amoroso en este caso. Ophrys apifera
ofrece una abeja trucha.
Ophrys apifera abeja inflable
Otro modelo de Ophrys speculum.
Algunas veces el nuevo amante llega cuando
ya hay un macho en el asunto y es malinterpretado.
Para
otras orquídeas con el olor alcanza, ni necesitan lograr que se
parezca a un insecto. Varios insectos machos aterrizan en una orgía
animal-vegetal.
Insecto
macho muy entretenido
Hay
otra historia –en el libro de Jean-Marie Pelt donde hurtamos esta
información– que no está comprobada pero que merece ser verdad,
por lo notable y literaria. Una orquídea que produce un olor que
atrae a las moscas –por lo tanto muy agradable no debe ser– y
éstas a su vez atraen a una araña que las caza.
La araña a su vez
es víctima de un colibrí que al comérsela se lleva el polen a otra
flor (donde busca otra araña para su desayuno). Entonces del sexo de
la orquídea sobreviven la planta y el colibrí, los insectos son
sacrificados por la reproducción vegetal. Un creador demasiado
sádico estaría detrás, aunque este no fuera verdad hay otros
ejemplos.
Buenas
tardes.
GUSTAVO OLAIZ
gsolaiz@gmail.com