jueves, 22 de agosto de 2013

Avispas inflables

Las sorprendentes orquídeas usan a los insectos para tener sexo. En algunos casos doblemente verdad como se verá más adelante. El sexo de los vegetales con flores pasa por las flores. Les dan a los insectos el néctar para que se alimenten y procuran que se lleven puesto el polen en sus cuerpos para visitar a otra flor. Un trueque alimento por transporte digamos.


 Túneles para insectos


A veces se aseguran más y hacen pasar a los insectos por estrechos túneles que el insecto sortea trabajosamente y queda bien impregnado de polen gracias a un pegamento. Así hasta caer en otro túnel igual donde deja su polen para llevarse otro. Así como dicen que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra eso es mentira el insecto pueden tropezar dos millones de veces con la misma piedra y sigue. Chocando con el vidrio una y otra vez.
Otras directamente les clavan los polinios en el cuerpo, como a un toro en la plaza los banderilleros les ensartan las banderillas. Un sistema como de resortes salta y se clava en el insecto. 



Abejas falsas "volando" en formación



Otras orquídeas semejan abejas en vuelo y son atacadas por las abejas centris. Y luego de ese frustrado ataque a animales ficticios se llevan su polen a otro ataque, a otra flor.

Ophrys speculum avispas inflables



Incluso las Ophrys speculum le ofrecen una avispa (o abeja) inflable a los insectos machos. Tiene la forma y el olor a la hembra y tratan de montarla. El objetivo siempre es que lleven en su cuerpo el polen a otra flor, a otro fracaso amoroso en este caso. Ophrys apifera ofrece una abeja trucha. 
 Ophrys apifera abeja inflable
Otro modelo de Ophrys speculum.

Algunas veces el nuevo amante llega cuando ya hay un macho en el asunto y es malinterpretado.

Para otras orquídeas con el olor alcanza, ni necesitan lograr que se parezca a un insecto. Varios insectos machos aterrizan en una orgía animal-vegetal. 
 Insecto macho muy entretenido

 
Hay otra historia –en el libro de Jean-Marie Pelt donde hurtamos esta información– que no está comprobada pero que merece ser verdad, por lo notable y literaria. Una orquídea que produce un olor que atrae a las moscas –por lo tanto muy agradable no debe ser– y éstas a su vez atraen a una araña que las caza. 


La araña a su vez es víctima de un colibrí que al comérsela se lleva el polen a otra flor (donde busca otra araña para su desayuno). Entonces del sexo de la orquídea sobreviven la planta y el colibrí, los insectos son sacrificados por la reproducción vegetal. Un creador demasiado sádico estaría detrás, aunque este no fuera verdad hay otros ejemplos.

Buenas tardes.

GUSTAVO OLAIZ
gsolaiz@gmail.com