domingo, 7 de abril de 2019

Las moscas, Carl Sagan, Cortázar y el grillo




Escribía Carl Sagan (¿o era Asimov?) que cuando las conversaciones se vuelven aburridas se podría intentar con una pregunta de curiosidad científica como por ejemplo: ¿cuándo una mosca se da vuelta al volar para pararse un cielorraso patas arriba?
Julio Cortázar escribió un relato sobre una mosca que volaba al revés (Los Testigos). Y su deseo era filmarla, guardar el testimonio de ese prodigio.
Podría pensarse que Cortázar leyó a Sagan o bien que Carl Sagan conocía este cuento de Cortázar. O tal vez cada uno razonó por su cuenta: Cortázar era un enamorado de lo extraño y lo raro, sumamente curioso y los científicos también son partidarios de preguntarse con curiosidad sobre todo y de cómo funcionan las cosas.
No hay ninguna necesidad de plagio. A muchas otras personas desconocidas se les debe haber ocurrido lo mismo.

Un tripulante de la expedición de ida del adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca (en el siglo XVI) hacia Asunción en donde es hoy Paraguay se trajo un grillo para mitigar el aburrimiento. Así como otros tiene un canario, para que les cante. Actualmente se llevaría un reproductor MP3 para escuchar música.
Lo notable es que cuando se acercaron a tierra el grillo se puso a cantar y alertó sobre el peligro. Les salvó la vida o al menos de un encallamiento o naufragio, o perder el barco. Cuenta el adelantado que el grillo fue homenajeado. El libro se llama “Naufragios y Comentarios” o bien “Los Naufragios”, la anécdota del grillo está en el capítulo I de Comentarios (en donde narra el viaje como adelantado al Paraguay, años después de la larga caminata por América del norte).


Retrato de Álvar Núñez 


A estas moscas y al grillo puede sumarse la vinchuca que picó a Darwin lo contagió del mal de Chagas y cambió la historia de la Ciencia. Porque Darwin se recluyó en su campo, su granja y no salió más de allí agotado por su enfermedad. Y desarrolló su teoría por 20 años hasta no tener más remedio por publicarla cuando Wallace había llegado a sus mismas conclusiones. 


GUSTAVO OLAIZ
gsolaiz@gmail.com